
En este primer artículo empezaría con dos preguntas muy simples. La primera ¿Recuerdas a dónde fuiste de viaje hace dos años? La segunda ¿Recuerdas exactamente qué fue lo que compraste en las últimas semanas de hace dos años?
Estoy convencido de que muy posiblemente en las últimas dos semanas de hace dos años has de haber realizado muchas compras por los fabulosos regalos decembrinos, estoy cierto de que los adquiriste con mucha ilusión por todo lo que implicaba. Que en cierta forma sentiste que tal vez podría cambiar la vida de la persona a la que se lo compraste o incluso a ti mismo.
Sin embargo, tengo la certeza de que a donde fuiste de viaje hace dos años te dejó muchas más experiencias y recuerdos. Es más, mientras lees este párrafo tal vez vienen a tu mente algunos detalles curiosos que viviste, lo más representativo del mismo. En fin, toda una enorme cantidad de elementos que hoy se han quedado para siempre en tu mente.
¿Porqué ocurre esto? Por que los viajes marcan nuestra vida, cambian nuestro entorno y todo lo que como experiencia conocemos. Es más, te aseguro que hasta lo que adquiriste en ese viaje lo recuerdas más que la segunda opción que te plantee al inicio de este artículo.
Ahora más, si hiciste ese viaje con alguna persona que haya recibido alguno de tus presentes decembrinos, estoy seguro de que esa persona también recordará mucho más el viaje y detalles del mismo que lo que le hayas regalado.
Las cosas tienen un justo valor de utilidad, pero lo que haces con tu vida, los momentos que vives y las experiencias siempre son lo más importante.
Toma esto en cuenta la próxima vez que te pongas a “sufrir” pensando qué regalarle a alguien.
Omar Carreño